domingo, 25 de julio de 2010

Día 17: Learn english with Dave

Cristian, Irene, Laia, Ale y Phil

Hoy es viernes, y aunque estamos acostumbrados a que es día en el que hay que salir obligatoriamente, en Londres no es así, ya que como ya os imagináis, aquí se sale todos los días.

Es mi día libre, por lo que no tengo pensado hacer demasiado durante la mañana que no sea descansar de anoche, además teniendo en cuenta que me acostaría a las 5 de la mañana o así. Manu y yo nos fuimos a comer a un chino, mientra que Ale y Nano irían a Swiss Cottage a comer al subway, donde Nano tendría sobre las 4 la entrevista para niñero.

Lo mas interesante es lo de Nano, a parte de importante, y es que la madre del niño a cuidar quiere a un español/española porque quiere que si hijo aprenda español, pero el padre, un ingles quiere a una inglesa para cuidar al niño. Nano consigue torear los embestimientos del padre y consigue que le hagan el training de una semana (semana de prueba). Con esto, mas lo del job centre, Nano está mucho mas relajado, bueno, totalmente relajado ya que no hay mas estrés ni presión económica por este aspecto.

Esta noche, Iris, Jessica, Manu, Nano, Ale y yo decidimos comprar varias birras y quedarnos en el hostel. Utilizando la nevera de mi habitación (la del staff), podemos disfrutar mejor de los descuentos en cervezas por comprar grandes cantidades. Esta noche dió para mucho, y es que con David (Dave para los amigo), recibimos una clase de ingles bastante intensa. Este hombre es un crack, al que Ale le quiere abrazar cada vez que volvemos de fiesta por la noche. Que no quiero imaginarme estar dormido y ver que un tío del tamaño de Ale (ni de ningún tamaño), se me acerque para abrazarme.

Tras nuestras clases de ingles con Dave donde mejoramos las diferencias estre spin y roller, aprendemos que torpe es clambsy (Y es que Manu estaba tela de torpe esta noche) y varias cosas mas como la palabra blow, al que todos pusimos esa sonrisilla de que sabemos que si la unimos a trabajo sale algo que no se como decirlo..... quizás en “francés”.

Esa noche se unió un framcés llamado Maric, con el cual nos reiamos constantemente, y averiguamos que tiene un español tan bueno como mi francés (y no mezclemos ahora la historia con la palabra blow). Después de muchas risas y cerveza, y que nos llamaran la atención por el ruido nos fuimos a dormir, o me fui yo porque curraba por la mañana siguiente, ya no me acuerdo.

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